El ritual de las reuniones familiares o de amigos enseñando fotografías o vídeos desde la infancia, es un momento que se repite en cualquier generación a lo largo de los años. Será que recordar viejos momentos nos reconforta y nos hace volver a ellos. Muchos solo los recordamos a través de las imágenes. Me gusta pensar que con cada imagen estamos coleccionando un momento.
Por eso me parece importante cada etapa, cada reunión, cada sonrisa o cada llanto, cualquier momento es importante para recordarnos quienes fuimos. Quien sabe, igual en algún momento nos ayude a recordar a dónde vamos.
Me alegra muchísimo cuando me escriben para hacer sesiones que no tienen nada que ver con un evento puntual de la vida. Me emociona ver que invierten en un legado, en una herencia, imagino su ritual, en un futuro, cuando las arrugas asoman, rememorando estos momentos especiales.
Lo que muchos no saben es que antes de estar detrás de la cámara estuve delante, puedo conocer ambas sensaciones, no hay nada que temer. Tanto en vídeo como en foto, me gusta capturar los momentos más inesperados, cuando no sabes que está la cámara (aunque a veces es inevitable verla). Hay momentos para posar y momentos para dejarse llevar. Se podría decir que prefiero el reportaje documental y fotografiar o grabar lo que las personas me dan. Después de vivir bastantes años en Madrid, vuelvo a estar en Galicia, pero deberías saber que me encanta viajar por lo que moverme no es un problema siempre que tengas una historia que contar.
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